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Me diagnosticaron Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño… ¿y ahora qué?

Dormir bien no solo es un placer: es una necesidad. Pero para millones de personas, el sueño es interrumpido una y otra vez por un problema que muchas veces pasa desapercibido: el síndrome de apnea obstructiva del sueño.

¿Qué es la apnea obstructiva del sueño?

La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se interrumpe repetidamente durante el sueño porque las vías respiratorias se bloquean parcial o totalmente. Estos bloqueos pueden durar segundos o incluso minutos y suceder decenas (o cientos) de veces por noche.

Las consecuencias van más allá del cansancio: presión arterial alta, incremento del peso corporal, diabetes, enfermedades del corazón, accidentes de tránsito, depresión, problemas de memoria y bajo rendimiento en el trabajo o escuela son solo algunas.

La buena noticia es que la apnea del sueño se puede tratar, y con excelentes resultados.

Existen opciones de tratamiento

El tratamiento depende de la causa y la gravedad del problema y debe ser siempre individualizado.

 Aquí te explico los enfoques más comunes:

1. Cambios en el estilo de vida

Algunas personas con apnea leve pueden mejorar mucho con medidas sencillas:

  • Bajar de peso, si hay sobrepeso u obesidad.
  • Evitar el alcohol y sedantes, ya que relajan demasiado los músculos de la garganta y hacen que el ronquido sea peor.
  • Dormir de lado, en lugar de boca arriba, la postura puede disminuir el problema.
  • Tener una rutina de sueño regular y tratar el insomnio si está presente.

Estos cambios no siempre eliminan la apnea, pero pueden reducir su severidad y hacer que otros tratamientos funcionen mejor.

2. CPAP (Equipos de presión positiva continua en las vías respiratorias)

Es el tratamiento más efectivo para la apnea moderada o severa. Se trata de un dispositivo que se usa durante la noche y que proporciona un flujo constante de aire para mantener la vía aérea abierta, el uso de este dispositivo logra reducir el ronquido casi en su totalidad.

 Aunque al principio puede parecer incómodo, muchas personas se acostumbran rápidamente y notan grandes mejorías en energía, concentración y estado de ánimo.

👉 Consejo: Hoy en día los equipos son silenciosos, las mascarillas son más cómodas y hay opciones personalizadas. Con un buen acompañamiento, la mayoría de los pacientes logran adaptarse.

3. Dispositivos orales

Para casos leves a moderados, o si no se tolera el CPAP, existen férulas o aparatos que se colocan en la boca y ayudan a mantener la vía respiratoria abierta. Son elaborados por dentistas especializados en sueño y pueden ser una buena alternativa.

4. Tratamientos quirúrgicos

En algunos casos, sobre todo si hay obstrucciones anatómicas como amígdalas muy grandes o desviaciones del tabique nasal, puede considerarse una cirugía. No es la primera opción en la mayoría de los adultos, pero puede ser útil cuando está bien indicada.

5. Otros tratamientos:

  • Terapias miofuncionales (ejercicios de lengua y garganta).
  • Estimulación eléctrica del nervio que controla la lengua (para ciertos casos específicos).
  • Tratamiento de condiciones asociadas, como reflujo o congestión nasal crónica.

¿Y si no hago nada?

La apnea del sueño no tratada no solo afecta tu calidad de vida: aumenta el riesgo de enfermedades graves y reduce tu expectativa de vida. Me refiero al Síndrome de Apnea del sueño como: ¡una bomba de tiempo!

Muchas personas normalizan su cansancio o ronquidos sin saber que existe una causa tratable detrás.

En resumen

El síndrome de apnea obstructiva del sueño tiene tratamiento, y cuanto antes se inicie, mejor será el pronóstico. Si tienes síntomas o alguien te ha hecho notar señales de alerta, consulta con un especialista en medicina del sueño. Dormir mal no es algo con lo que debas resignarte a vivir.

Dormir bien no es un lujo: es salud, es energía, es vida.